Hugo Rodallega: una hazaña a lo Beckenbauer para ganar la décima estrella de Santa Fe | Entrevista de Yamid Amat



















Uno de los más conocidos excomandantes del Eln, Carlos Arturo Velandia, quien militó en esa guerrilla con el nombre de 'Felipe Torres', condenó severamente el atentado cometido contra la Escuela de Policía General Santander y dijo que los jóvenes que se preparan en el Ejército o en la Policía son intocables porque no están en un campo de batalla.
Velandia calificó el acto terrorista de irracional. Le pidió a su antigua agrupación que libere a todos los secuestrados y declare un cese unilateral de acciones ofensivas. Si no lo hacen, están condenados a ser aniquilados.
Uno de los más conocidos excomandantes del Eln,
 Carlos Arturo Velandia, quien militó en esa guerrilla con el nombre de 
'Felipe Torres', condenó severamente el atentado cometido contra la 
Escuela de Policía General Santander y dijo que los jóvenes que se 
preparan en el Ejército o en la Policía son intocables porque no están 
en un campo de batalla.
Velandia calificó el acto terrorista 
de irracional. Le pidió a su antigua agrupación que libere a todos los 
secuestrados y declare un cese unilateral de acciones ofensivas. Si no lo hacen, están condenados a ser aniquilados.
"El ataque contra la 
Escuela de Policía fue un acto de irracionalidad suprema. En primer 
lugar, porque en una academia, una escuela, están jóvenes estudiantes 
que no hacen parte de un cuerpo de armas; no son muchachos que estén 
preparados para la guerra ni están en un campo de batalla. Son 
absolutamente intocables".
¿Cabría la opción de pensar que fue un acto ideado por el autor del atentado?
No.
 Eso no lo hizo un militante aislado; detrás hubo una organización. No 
fue una acción espontánea; esto requiere técnica, capacitación, acopio 
logístico, de apoyos. Esto ni se hace de un día para otro, ni podría 
hacerlo una sola persona.
¿Qué pudo haber pretendido el Eln con semejante acción?
Lo
 que hubiera pretendido no lo iba a lograr con semejante acción. Salvo 
que quisiera dinamitar con ello las posibilidades de paz. Si ese era el 
propósito, lo logró.
¿Habrían pretendido presionar al Gobierno para dialogar?
Si eso era, obtuvieron exactamente el propósito contrario, totalmente adverso.
Y,
 ante la reacción nacional que produjo el atentado y ante la reacción 
del Gobierno de suspender cualquier opción de diálogo, ¿cuál es el 
futuro?
Temo que es la guerra entre las dos partes: abierta, 
sin tregua y sin cuartel. Fundamentalmente, en los territorios donde 
están las estructuras del Eln, que son Arauca, Catatumbo, sur de 
Bolívar, Chocó, norte del Cauca y Nariño.
Si las armas del Eln serán el terrorismo, ¿tiene alguna opción de victoria?
No.
 Ninguna. Esa guerra no tiene posibilidades de victoria alguna; es una 
guerra que está en sus últimos estertores, estos son los remanentes de 
una guerra inacabada. Incluso, las estructuras supérstites nunca van a 
ser mayores que las anteriores; aquí, la guerra hay que ayudarla a bien 
morir.
¿Qué pudo haber sido lo que condujo a semejante metamorfosis del Eln?
Le
 insisto: la irracionalidad. Quien haya tomado la decisión se equivocó 
de manera categórica. Logró todo lo contrario; esa acción solo generó 
desgarraduras. No hizo más revolucionario al Eln ni debilitó al Estado.
"Fue un acto criminal que lo único que genera es más dolor y más odio, más resentimiento"
Fue un acto criminal que lo único que genera es más dolor y más odio, más resentimiento.
¿Qué supone o qué significa el hecho de que durante muchos meses, el Eln haya estado dedicado a pensar y planear el atentado?
Me
 atrevo a pensar, pero esto es totalmente especulativo, que el Eln creía
 que al entrar a la Escuela de Cadetes de la Policía con un carro bomba 
de las características ya conocidas y poderlo ubicar en la comandancia 
iba a lograr golpear un centro neurálgico de decisión de la Policía 
Nacional; pero terminaron afectando a los jóvenes estudiantes. Se 
equivocaron.
Cuba y Venezuela, a través de sus gobernantes, 
descalificaron y condenaron el atentado. Pero los dos países albergan a 
dirigentes del Eln. ¿Qué va a pasar?
Esos dos países no 
podían hacer una cosa distinta a la que hicieron. Estos dos países han 
dado muestra de una gran solidaridad con el pueblo colombiano apoyando 
los procesos de paz; tanto Cuba como Venezuela han dado muestras 
fehacientes de apoyar la paz, lo hicieron con las Farc y lo están 
haciendo con Eln; el rechazo al atentado, su solidaridad con Colombia, 
pone en calzas prietas al Eln.
¿Cree, entonces, que debería 
haber una acción consecuente contra la permanencia en Venezuela y en 
Cuba de los dirigentes del Eln?
Yo creo que sí, y creo que 
muy seguramente, al suspenderse las conversaciones y al no ser útil la 
mesa, y si el Eln llegase a ser declarado una organización criminal, se 
le retirarían los salvoconductos y deberían regresar al país.
Pero ¿qué es lo que deberían hacer Cuba y Venezuela?
Aplicar el protocolo de final de unas conversaciones de paz.
El
 Eln dejó de tener ideología de insurgencia para desarrollar acciones 
terroristas, como las del jueves. ¿Eso no es un acto criminal?
Sí.
 Sin duda alguna. Y provocar la suspensión de toda posibilidad de 
diálogo de paz significa abrir un nuevo periodo de guerra, quizá por 30 
años, cuando estábamos en la posibilidad de cerrar la guerra en 
Colombia.
¿El Eln tiene algún futuro distinto al exterminio?
No,
 yo creo que no, yo creo que el Eln tampoco está preparado, ni tiene los
 recursos ni tiene cómo sostenerse en una guerra de larga duración.
Con la acción terrorista contra la escuela, ¿quedó condenado a su derrota militar?
Yo creo que el Eln está caminando por la senda de su propia derrota.
***
Usted fue gestor de paz bajo el gobierno Uribe y bajo el gobierno Santos. ¿Qué pasó?
La gestión de paz depende de que las partes crean que lo que uno hace puede ser útil, pues llaman y piden que ayude.
¿Y qué pasó?
Yo me he hecho oír de unos y otros a través de los medios. Pero no me llamaron.
¿No hay intenciones de paz del Eln?
Las
 intenciones de paz nunca pasaron de la expresión de buena voluntad, y 
debieron pasar de la buena voluntad a la toma de decisiones, pero no las
 tomaron. Una cosa decían y otra cosa decidían.
"Las intenciones de paz nunca pasaron de la expresión de buena voluntad, y debieron pasar de la buena voluntad a la toma de decisiones, pero no las tomaron"
Yo siempre les reclamé a 
las dos partes: es el momento de parar el discurso, ya lo saben el uno y
 el otro, es el momento de tomar decisiones. Nunca las tomaron.
¿Y cuál es el futuro?
Vamos
 a tener un escenario del incremento de los fenómenos de violencia en 
los territorios donde está el Eln: en la frontera y la transfrontera con
 Venezuela, allí están desde hace 40 años; hago esa acotación para que 
no se crea que eso de estar tras la frontera es un fenómeno del chavismo
 o de la revolución bolivariana. No. El Eln lleva 40 años en la frontera
 con Venezuela.
¿Refugiándose en Venezuela?
No, no refugiándose; es como su territorio, allí, la frontera...
¿El Gobierno de Venezuela los ha consentido ahí?
Es
 que yo recuerdo cuando los gobiernos de Herrera Campins, de Lusinchi, 
de Carlos Andrés Pérez, ninguno de ellos era bolivariano, y menos 
chavista, y ahí estaba el Eln. Es más, el Eln combatió a la Guardia 
Nacional y el Ejército de Venezuela. El Eln se tomó la base de Cutufí en
 el 82; en el 84 se tomó la base de Cararabo y recuperó todo el 
armamento. El Eln ha estado allí desde hace mucho tiempo.
En su opinión, ¿el Gobierno de Venezuela ha sido inactivo contra el Eln?
Lo
 que pasa es que las condiciones en la región se han modificado y el 
Eln, hoy por hoy, asume la revolución bolivariana como propia y a los 
revolucionarios bolivarianos, pues le sirve a todo aquel que los apoye, 
máxime cuando está en una condición de precariedad y de dificultad en un
 contexto de región.
Pero ¿cree que habrá una actitud contra el Eln por parte de Venezuela?
Yo
 creo que sí, en la medida en que encuentre también una actitud más 
amable del Gobierno colombiano y haya una actitud de cooperación para la
 lucha contra la criminalidad; muy seguramente, en ese escenario, el 
Gobierno de Venezuela podrá decirle al Eln: se va de aquí o lo saco.
Pero el Gobierno de Colombia ha dicho que no dialoga con dictadores...
Cerrarse
 al diálogo es una dificultad. Ha pasado con el Eln y también ha pasado 
con Venezuela. Lo peor que nos ha ocurrido es que no haya un teléfono 
rojo ni con el uno ni con el otro, como siempre debe haber; si lo hubo 
entre Estados Unidos y la Unión Soviética en los momentos más agudos de 
la Guerra Fría, y podrían odiarse y si se ven, se sacan los ojos, pero 
siempre hubo eso que se llamaba el teléfono rojo, que permitía en 
momentos de grave crisis levantarlo y conversar para evitar el uso de 
armas nucleares.
¿Debería existir un teléfono rojo entre los gobiernos de Colombia y Venezuela?
Totalmente.
 No me cabe la menor duda y debe haber cooperación contra la 
criminalidad y el contrabando. El Gobierno colombiano no puede graduar 
al Gobierno venezolano como su enemigo. Es que no estamos en guerra 
contra Venezuela. Venezuela es un país amigo, siempre lo ha sido y ha 
prestado unos servicios extraordinarios e invaluables a la paz del país.
"Venezuela es un país amigo, siempre lo ha sido y ha prestado unos servicios extraordinarios e invaluables a la paz del país"
Todo lo que ha hecho con 
las Farc y todo lo que ha hecho con el Eln lo ha demostrado. No hablo de
 que desaparezcan problemas político-ideológicos, pero esto no puede 
llevarnos a una confrontación. En cualquier circunstancia, siempre será 
útil el diálogo.
¿Conoció la declaración de las Farc de repudio, rechazo y condena al atentado?
Me
 parece que es lo que debían hacer y celebro el hecho porque debían 
demostrarles a la sociedad colombiana y al mundo entero de qué lado 
están. Las Farc ya abandonaron la guerra y están del lado de la 
institucionalidad, del lado de las normas, están en el Parlamento, están
 fortaleciendo el Estado social de derecho. Y eso es lo que debería 
hacer el Eln.
Se ha advertido que el atentado ha sido 
utilizado por sectores políticos para combatir al gobierno anterior y su
 proceso de paz. ¿Usted qué opina?
No debiera ser así, pero tampoco hay que darles mucha importancia a aquellas especies que por las redes han estado transitando.
Pero casi todos los diarios, editorialmente, han condenado esas posiciones...
Sí, ellos les dieron esa importancia, pero a mí me parece que no la tienen.
¿Por qué cree eso?
Todos
 estábamos esperando pronunciamientos de otra índole, en solidaridad con
 las víctimas, de apoyo al Gobierno, de apoyo a la institucionalidad, 
pero no que echen pantano a una paz que ya se hizo y nada tiene que ver 
con lo que está pasando con el Eln, que desgraciadamente no ha suscrito 
acuerdos de paz. 
Las posturas del partido Centro Democrático y 
sus dirigentes no han cambiado desde los tiempos en que atacaban el 
proceso con las Farc, siguen siendo exactamente las mismas; incluso, su 
comportamiento político de derribar el acuerdo se ha mantenido en el 
Congreso de la República, es decir, disminuir el acuerdo, morigerarlo. 
El acuerdo es una paz que nunca les gustó, solo quieren guerra y más 
muertes y más dolor y más sacrificio. Es como si este gobierno hubiera 
recibido una mala herencia, una herencia con deudas, con un montonón de 
acreedores.
Pero el presidente Duque ha dicho que no desconoce el acuerdo de paz con las Farc; al contrario, que lo cumplirá...
Sí,
 y está bien que lo diga, pero el ritmo de implementación dice otra 
cosa, y me baso en los informes de los observatorios de implementación y
 de Naciones Unidas, para no ir más allá. Naciones Unidas se queja por 
el ritmo y la muy deficiente implementación, aunque el Presidente fuera 
del país sea tan generoso al decir que está comprometido con implementar
 la paz y los acuerdos.
¿Piensa usted que el partido de gobierno debe apoyar los acuerdos de paz?
Totalmente.
 El Centro Democrático haría y prestaría un mejor servicio si entiende 
que ganaron a las Farc para la institucionalidad, para el Estado social 
de derecho.
La opinión piensa que este no es momento para hablar de diálogo con Eln...
Todo
 lo contrario, sí es el momento. Obviamente, no es posible hacerlo de 
manera pública, pero esto lo puede hacer un amigable componedor, es 
decir, una persona o un equipo de personas que vayan a interceder entre 
el Gobierno y el Eln y les digan: "Esto es lo mejor que les puede pasar a
 ustedes"... Y paramos la guerra.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO