Gerente de la Federación de Cafeteros propone 'vaca' de US$ 200 millones ó 300 millones para comprar Starbucks

Gabriel Silva, en entrevista con Yamid Amat, sostiene que viene un "año de oro" para la caficultura colombiana y que habrá precio mínimo, rentable, por carga de café, para los productores.
Foto: El Tiempo
Domingo 23 de Noviembre del 2008

Yamid Amat: ¿Cómo va a afectar la crisis financiera mundial al mercado cafetero?

Gabriel Silva: Las tasas de interés han subido, los caficultores tienen que pagar más intereses por créditos corrientes internos, en el plano internacional los créditos para las exportaciones se están cerrando, pero la Federación tiene líneas de crédito sólidas. Nos alistamos porque es posible que nos toque aumentar las compras de café si los particulares se retiran del mercado por falta de crédito.

¿Hay riesgos de que la crisis produzca una caída en el precio internacional?

No podemos permitirlo. Por eso, vamos a participar más agresivamente en el mercado acumulando inventarios en los próximos meses. Eso no lo hacíamos desde muchos años atrás. La idea es acumular café para soportar el precio. Y no es difícil lograrlo; en el mundo hay déficit de café.

¿Cuánto café van a retener?

Para impactar el mercado hay que acumular unos 200 mil sacos. Eso significa cuatro veces más que lo que hicimos de retención en el año cafetero anterior. La meta es acumular esa cantidad por año en este y el siguiente año cafetero para defender el precio. Hasta que tengamos un precio remunerativo internacional, es mejor negocio guardar el café que exportarlo a un precio bajo.

¿Qué recursos tiene el Fondo para comprar el café que piensa retener?

Cuando asumí la gerencia de la Federación, tenía un patrimonio ilíquido de 200 millones de dólares. Hoy, tenemos más de 500 millones de dólares disponibles.

¿Y esa plata de dónde ha salido?

Activos bien vendidos y austeridad, austeridad.

¿Cuál será la producción de café este año?

Doce millones de sacos: unos 600 mil menos que el año pasado. Colombia pasó de estar, hace cerca de una década, de 10 millones sacos a los 12 millones actuales, pero aspiramos a llegar a 17 millones en el año 2014. Queremos aumentar la producción para defender la participación de Colombia en el mundo.

¿Pero cómo hace para mantener el precio si aumenta la oferta?

El mercado mundial está creciendo cerca del 2 por ciento. El mercado necesita 3 millones de sacos más por año para atender la demanda. Y ese café no existe.

¿Y cuánto vamos a exportar este año?

Once millones 200 mil sacos.

¿El actual invierno ha afectado la producción?

Hay una disminución coyuntural, pero la cosecha no se ha perdido; se ha esparcido. Antes, la cosecha estaba concentrada: la del sur, entre enero y marzo; la de mitaca, entre mayo y julio, y la gran cosecha, esencialmente entre octubre y noviembre.

¿Y eso es bueno o malo?

Eso tiene consecuencias muy interesantes: el costo de la mano de obra se disparaba cuando la cosecha estaba muy concentrada, porque todo el mundo necesitaba coger café al mismo tiempo; esto le ha bajado los costos. Yo me atrevería a decir que el año entrante va a ser un año de oro para la caficultura...

¿Un año de oro? ¿por qué?

Primero, la tasa de cambio. Hace seis meses estaba en 1.600 pesos por dólar. Ya vamos en 2.300 pesos, y las circunstancias nacionales e internacionales apuntan a que se llegará a una tasa promedio de 2.500 pesos. Segundo: el petróleo cayó de 140 dólares a 50 dólares el barril. Por la misma razón, hoy se consiguen fertilizantes a un precio 50 por ciento más bajo que hace 4 meses. Además, la mano de obra para recolección ya cayó 20 por ciento este año.

Socialmente eso es malo...

No. Hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los recolectores de café son los propios caficultores.

¿Y si el precio internacional se derrumba?

Los precios internacionales seguirán siendo positivos porque hay un déficit en el mercado mundial. La producción del Brasil sigue bajando. Ya descendió de 56 millones de sacos a 46 millones el año cafetero que inicia. Algunos dicen, entre ellos el director de la Organización del Café, Néstor Osorio, que podría ser menor.

Entonces, ¿la caída del precio del petróleo, en lugar de perjudicarnos, nos favorece?

Así es. Esa caída obliga a una cosa que es muy importante: Colombia esquiva el camino de acostumbrarse a ser un país de loterías, donde todo es fácil; la economía tenía el camino fácil de recibir ingresos del petróleo, del níquel, del carbón. Ahora podemos evitar la maldición de la riqueza fácil. Esas loterías acaban el espíritu empresarial. Hay que volver a ganarnos la vida con trabajo y dedicación, sacrificio, devoción, como lo han hecho nuestros caficultores durante 150 años.

¿La gente ha vuelto a sembrar café?

Sí. Este año, por ejemplo, tenemos 100 mil hectáreas de renovación, el nivel más alto en 5 ó 6 años, porque la gente está renovando su cafetal. Eso es fe en el futuro. Eso es apostarle al café. Tenemos miles de jóvenes que aspirando a entrar en el programa de darles tierra cafetera a las nuevas generaciones. Hay confianza.

¿La caficultura colombiana son cuántas hectáreas?

Hay 860 mil registradas; pero en plena producción, 700 mil.

¿Cuántas han sido renovadas?

La mitad. En 5 años tendremos nuestra caficultura totalmente renovada.

¿Cuánto vamos a recibir este año por exportación de café?

El nivel más alto en 10 años: aproximadamente, 2 mil millones de dólares. En 2002 llegamos apenas a 850 millones de dólares; hoy estamos con una cosecha que vale más del doble. La cosecha en pesos vale 3,9 billones. Esto genera el 30 por ciento del empleo rural.

¿Cómo va el consumo interno...?

En aumento: pasamos de 1,2 kilos por persona a 1,9.

Con un mundo en crisis financiera, ¿el consumo externo de café va a aumentar?

Crece desde el año 2000 el 2 por ciento anual. El mundo en crisis no va a dejar de tomar café, de buscar calidad. ¿Qué hemos hecho como estrategia? Llegar a acuerdos con McDonald's, Coca-Cola, Dunkin'Donuts, Nestlé, Nexpesso y con tantos más para estar en todos los formatos de calidad pero que se ofrece a menor precio al consumidor.

¿Cree que eso es suficiente?

La crisis financiera da varias oportunidades: la acción de Starbucks bajó de 45 dólares a 8 dólares. Podríamos unirnos todos para comprar esa empresa y tener así un canal de distribución propio, controlado por los países productores. Juan Manuel Santos propuso hace dos décadas comprar Del Monte. No se hizo. Ahora se puede hacer algo igualmente audaz que nos lo agradecerían todos los caficultores del mundo.

¿Buscará ese acuerdo con todos los productores para comprar Starbucks?

Sí. Voy a proponer a mis colegas que hagamos un esfuerzo, una 'vaca', para comprar Starbucks. Eso reforzaría nuestra lucha por la defensa del origen del café, factor que quieren desaparecer. ¿Cómo se evita eso? Pues llegando directamente al consumidor y Starbucks es el distribuidor de café directo al consumidor más grande del mundo. El reto que propongo no es tan grande: con 200 millones ó 300 millones de dólares, el mundo cafetero podría tener el control de Starbucks. Antes, eso era impensable, un sueño.

¿Y cómo van las tiendas Juan Valdez?

Tendremos este año punto de equilibrio casi dos años antes de lo que habíamos presupuestado. Tenemos 170 este año: 135 en Colombia y 35 afuera. El viernes pasado inauguramos una más en Chile.

¿Cuántas más proyectan?

La meta es llegar a 300 en 2010 y esto pondría a Juan Valdez en la categoría de las grandes ligas en materia de cadenas de café del mundo... y si compramos a Starbucks... ¡Imagínese!

¿Piensan incluir a Juan Valdez en las bolsas de valores?

Aspirábamos a estar en la bolsa colombiana el año entrante. Con toda esta situación financiera turbulenta, queremos tomarlo con calma.

¿Y cómo va el pleito por el nombre 'Juan Valdez'?

El mejor ejemplo de que necesitamos una reforma a la justicia es ese: un individuo que tiene animadversión e intereses personales lleva ocho años actuando, pierde todos los pleitos y todavía puede seguir buscando caminos para entorpecer la gestión de una institución.

Para enfrentar la crisis financiera ¿se podría pensar en exportar café de menor calidad: la pasilla del mercado nacional?

Eso ya no existe. Hoy, no hay café malo y los grandes tostadores del café colombiano lanzaron innumerables líneas con toda clase de propuestas. Estamos asistiendo a un reencuentro del colombiano con el café y el país se reencontró con los cafeteros. En la mitad de la crisis pasada, todo el mundo decía: "dejen acabar el café; es el pasado de Colombia". ¡Qué equivocación! Habría sido una tragedia. Hemos recuperado el café como la pasión del colombiano, ahora a los jóvenes les gusta el café. Colombia redescubrió el café.

¿La amenaza de la coca sobre el café desapareció?

Con la crisis llegamos a tener 18 mil hectáreas de zonas asociadas al café, con cultivos ilícitos. Hoy, esa área ha bajado a unas 9 mil hectáreas, ubicadas en Nariño, sur del Huila, y norte del Caldas.

¿Qué le van a pedir al Gobierno?

Que nos acompañe para lograr los objetivos del nuevo Acuerdo Cafetero 2008-2011. Este acuerdo con el Gobierno es el esquema más ambicioso de política cafetera que ha tenido el país en su historia.

¿Y cuál será el anuncio más importante para el Congreso Cafetero?

Que después de muchos años, estamos en capacidad de darles a los productores garantía de precio.

¿Qué precio mínimo garantizará?

Los 474 mil pesos por carga.

Actualmente, ¿cuánto paga la Federación?

Estamos pagando 520 mil pesos.

¿Y al productor le garantizarán que nunca recibirá menos de 474 mil pesos por carga?

Así es. Sea cual sea el precio internacional. Eso es garantizarle tranquilidad absoluta porque recibirá, incluso, rentabilidad.

¿De dónde va a sacar la plata?

De la combinación de recursos del Gobierno y de la Federación.

¿Y cómo surgió la cifra?

Ingeniería financiera, análisis de mercados de futuros con coberturas, opciones en tasa de cambio, costo promedio ponderado de la caficultura, un muestreo nacional de todos los costos de la caficultura, un componente de remuneración de la tierra, etc. Esa es la gran innovación con la que arrancamos el nuevo año.

¿Es petición única?

La segunda cosa que necesitamos es que hay un grupo de caficultores muy afectado por el invierno, que necesita una reestructuración adicional de los créditos que vienen pagando. Con los bancos hemos acordado evaluar cada caso para darles, por ejemplo, un año más de plazo para hacer las amortizaciones; el grupo está concentrado en Quindío, Risaralda y Caldas...

¿A cuánto asciende la deuda que necesitan refinanciar?

A unos 30 mil millones de pesos. En compensación, los cafeteros nos comprometemos a mantener el empleo que hay hoy en día creado por el sector, que es un 30 por ciento del empleo nacional rural.

¿Y para la Federación qué van a pedir?

Nada.

¿Su reelección como gerente general?

Yo propuse en la reforma de estatutos que hicimos hace cinco años acabar con la reelección indefinida y tener un periodo fijo de 8 años máximo, pero no aceptaron.

¿A usted le parece suficiente ese período de 8 años?

Para un gerente de la Federación, que supongo es lo que usted me pregunta, sí. Otra cosa es el país.