'Hemos deforestado el 80 por ciento de los Andes', asegura Minambiente

En opinión de la ministra Susana Muhamad, los racionamientos podrían extenderse todo el año.

Foto: El Tiempo
Domingo 14 de Abril del 2024

Termina el fenómeno de EL niño y viene la amenaza de "La Niña". En opinión de la ministra de Medio Ambiente, Susana Mohamad González. El niño está terminando y llega La niña "que puede causar desastres".

En diálogo con este cronista para EL TIEMPO, la ministra analiza la situación de la crisis de agua de los que viven Bogotá y varias zonas del país.

"El fenómeno del niño es una oscilación de la temperatura del Océano Pacífico. Es un fenómeno natural de regulación térmica de todo el planeta. Cada siete años más o menos, el Océano Pacífico concentra calor adicional del normal, y eso genera fenómenos atmosféricos que terminan generando en Colombia una reducción de lluvias"

Con estas palabras, la ministra de Medio Ambiente, Mohamad González, explica la razón fundamental de la crisis de agua potable que están viviendo Bogotá y en general la zona andina del país.

"Hacia el mes de enero, el océano pacífico había subido casi 1.5 grados su temperatura por encima de lo normal. En este momento empieza a pasar ya lo contrario, el océano empieza a enfriarse, pero todavía su temperatura está por encima del promedio y por eso, hasta que no vuelva su temperatura normal, seguimos afectados por el fenómeno del niño", dice la ministra.

- ¿En cuánto tiempo más cree usted que volverá a su temperatura normal?

- Lo que se prevé es que va a empezar en forma muy rápida. Vendrá un fenómeno hacia el otro lado: va a empezar a enfriarse y a enfriarse demasiado y, por lo tanto, ya el Ideam nos dijo que en el segundo semestre estará la niña.

- Mejor dicho, termina el niño y llega la niña...

- Sí. Vamos a tener una transición de un par de meses y empezarán condiciones del fenómeno de la Niña.

- ¿Pero cuándo termina EL Niño?

- Estamos entrando a la temporada normal de lluvias, pero por el fenómeno del niño está un poco retrasada. Esperamos que esto se manifieste con mucha más fuerza a finales de este mes de abril y que en mayo o principio de junio , podamos decir que el fenómeno del niño ha finalizado en Colombia.

- ¿Es decir, señora ministra, las medidas tomadas ante la escasez de agua deben estar vigentes, abril y mayo?

- Sí, pero tenemos un país geográficamente muy complejo, donde no pasa lo mismo en todo la nación, porque somos como estamos, en esa punta de Suramérica, que somos una transición de diferentes geografías. No se va a presentar de la misma forma en la Amazonía y la Orinoquía colombiana, que están bajo otro régimen hidrológico. Lo que va a pasar con el fenómeno de La niña es que se ve muy fuerte en el Caribe y en los Andes. Al otro lado de la cordillera, en la Orinoquía y la Amazonía, es temporada seca. Y entonces, si hablamos específicamente de la situación de Bogotá, el 70% del agua que nosotros consumimos, la trasvasamos de la cuenca de la Orinoquía a través del Parque Nacional Chingaza y del embalse de Chuza. O sea, esa agua que consume Bogotá es un agua que no, no viene naturalmente hacia la cuenca de Bogotá, sino que debería ir hacia Villavicencio y nosotros, allá arriba en la montaña, la capturamos en el embalse y la traemos a este lado de la cordillera. Eso significa que las condiciones eh de lluvia en el lado de la Orinoquía van a estar durante todo este año, mientras que en Los Andes va a estar lloviendo mucho. Y ahí es donde Bogotá va a tener una situación de precaución por lo menos todo este año.

- ¿La niña será fuerte en qué regiones?

- En la región Caribe y en los Andes, donde vive más del 70% de la población colombiana.

- ¿En este momento, estamos en qué promedio de temperatura del Pacífico?

- La temperatura se está manteniendo muy por encima de los promedios y esperamos entonces que en abril y mayo vuelva la temporada de lluvias. Pero como hemos estado por debajo de los promedios durante tantos meses, pues ahí vamos a tener otros riesgos. Pasan ondas tropicales que hacen que, a pesar de que podríamos tener lluvia, nos generan como una especie de tapón en la atmósfera y eso no permite que sé que se generen nubes. Esperamos que ese fenómeno del Niño, se deshaga en la última semana de abril y venga ya fuertemente nuestra temporada de lluvias, que debe ser por lo menos igual a lo normal.

- ¿Y La Niña qué se aproxima será fuerte?

- Todavía no lo sabemos. Pero lo que puedo decirle, es que va a encontrar un territorio que, frente a la falta de caudales de agua, se erosionó. Es un territorio, en donde vamos a tener menos regulación del agua por la deforestación en cuencas. Entonces es la tierra más vulnerable y La niña puede causar desastres, así sea débil. Encuentra esas situaciones, esas condiciones y puede generar caudales súbitos, deslizamientos e inundaciones. Y por eso es tan importante la preparación urgente de todos los territorios de Colombia.

- ¿Y usted calcula, que hasta cuándo debe estar vigente el racionamiento en Bogotá?

- Yo creo que hay condiciones para estar en vigilancia todo el año 2024 y también dependiendo de que pase con las lluvias y la capacidad de recuperación de los embalses. Podría haber una posibilidad de que se extienda hasta fin de año. Entonces lo que reflexionábamos el jueves con el Acueducto de Bogotá, con el Distrito, la Secretaría de Ambiente, la Secretaría de Hábitat, el Instituto de Riesgos de Bogotá y las entidades del Gobierno Nacional, es que ya hay un cambio que se podría empezar a llamar estructural, de las condiciones de funcionamiento del embalse de Chuza en Chingaza. El aumento es más permanente de la temperatura y entonces el embalse no se está recuperando.

- De acuerdo con el examen que ustedes hicieron el jueves, el racionamiento tendrá que durar, ¿Cuánto tiempo más?

- Se tendrá que ir evaluando porque nadie tiene la bola de cristal. Pero lo que sí se puede prever es que vamos a tener condiciones de alarma que puede llevar a decisiones de racionamiento de más días todo el año 2024.

- ¿Cuáles son los embalses que nutren a Bogotá?

- Tenemos tres embalses. El embalse de Chuza, que está en el Parque Nacional Chingaza, que trae su agua de la Orinoquía. En el norte tenemos Neusa, Sisga y la regadera en el río Tunjuelito, que surte la localidad de Usme. De Chingaza dependemos en un 70% y es donde se ubica principalmente el problema hoy.

- ¿Cuál de los embalses está en peor situación?

- El embalse de Chuza en Chingaza, que está en un 16% en este momento. Los otros embalses en la cuenca del río Bogotá están en un 40, 50%, algunos con tendencia al alza. Ya empezaron a recuperarse, pero otros siguen todavía con tendencia al descenso. Esa es principalmente la razón por la que estamos en este racionamiento.

- ¿Qué quiere decir que el embalse de Chuza está en 16%?

- Solo tiene el 16% de su capacidad, con almacenamiento de agua.

- ¿Y San Rafael?

- San Rafael está en un 20% de su capacidad norma. Algunos de esos embalses están hacia la baja, pero otros están más o menos sostenidos. Pero solamente podemos tratar máximo diez metros cúbicos por segundo en Tibitoc. Pero eso no alcanza. No tenemos la capacidad de potabilización para compensar el déficit que tenemos hoy en Chingaza. Durante este año el problema sigue siendo el embalse de Chuza en el Parque Nacional Chingaza.

- ¿Y usted calcula que cuánto tiempo más tendrá que soportar Bogotá esta situación de racionamiento de agua?

- No puedo decir con exactitud, pero lo que sí podemos decir con cierta certeza es que durante todo el año 2024 estaremos en alerta. Creo que la alerta se mantiene todo 2024 y si el embalse no se recupera suficientemente, la situación se puede extender hasta el primer semestre del año 2025.

- ¿Por qué tenemos esta situación de escasez de agua?

- El ciclo del agua tiene muchos componentes. El bosque alto andino y el bosque andino generan humedad que los páramos convierten luego en nacimientos. La Amazonía genera humedad y la Orinoquía genera nubes, lo que llaman los ríos voladores a los páramos. Y de allí se condensa ese maravilloso ecosistema único en el mundo. El páramo condensa esas nubes y genera nacimientos de agua en el macizo colombiano, en las cordilleras que generan esa cantidad de agua que nosotros vemos en este país. Pero hemos deforestado 80% de los Andes. Estamos a punto de perder por deforestación la conexión entre los Andes y la Amazonía y la Orinoquía. Y eso genera que se baje esa humedad y esa capacidad de producción de agua. Y también hemos deforestado más de 80% del Caribe, donde hoy las sequías son tremendas. Entonces, súmele a esa situación que hemos causado nosotros, la sociedad. Ahora el cambio climático, aumenta las temperaturas y cambia también el funcionamiento de los ecosistemas. Lo que lleva todas esas condiciones juntas es a que vamos a tener crisis de agua.

- ¿Qué es lo que origina la deforestación?

- Hay varios motores de deforestación en los Andes que han sido una deforestación de muchas décadas. Ha sido la entrada de sistemas agropecuarios sobre sistemas naturales de bosques. Eso en nuestro país ha tenido mucha relación con la violencia y el desplazamiento a los valles interandinos de la tierra fértil del Caribe. Los campesinos que terminaron encumbrados en páramos, montañas. Fue también él proceso de la violencia que expulsó campesinos de tierras; por ejemplo, 3 millones de hectáreas en el Caquetá, que hoy es una frontera ganadera muy importante. ¿Hoy en día tenemos unas economías ilícitas, de la coca y del oro, que también influyen en deforestación? Pero creo que el factor fundamental, de deforestación histórica en el país, ha sido la expansión de la frontera agrícola. Y la ganadería extensiva. Eso es el factor fundamental. En los últimos 30 años ha empeorado con la economía de la coca y con la minería ilegal.

- ¿Qué es lo que está pasando en la Amazonía?

- Hay un acaparamiento de tierras para ganadería, parte de una ganadería ilícita que está tumbando bosques para generar fincas de ganado.

- ¿Y eso tiene alguna solución?

- Sí. Estamos trabajando en esa frontera que llamamos Arco Deforestación Amazónico Sur del Meta, Caquetá, Guaviare, Putumayo, núcleos de desarrollo forestal y la biodiversidad, que significa que sí se puede hacer una economía en esos bosques, pero sin tumbarlos. Y es una economía forestal. Estamos trabajando con los campesinos en 22 núcleos para que eso sea una gran muralla verde que frene esa expansión.

- ¿La deforestación existe en todo el país?

- Sí. En el Pacífico, en la zona de San Juan, en Nariño, tenemos otro foco de deforestación. A partir de la explotación ilícita de madera; la ganadería está entrando fuertemente a los bosques y en otras zonas como el Bajo Cauca.

- ¿Por qué dice usted que podríamos vivir una crisis de agua?

- Si no hacemos algo frente al cambio climático, cuidar los ecosistemas, frenar los factores de deterioro, recuperar el agua, significa que habrá crisis de agua, que es nuestro principal activo. Estamos en el primer campanazo.

- ¿Y qué hacer?

- Creo también que la crisis trae grandes oportunidades de acelerar el cambio y la conciencia. Hay que aprovechar bien la crisis.