TransMilenios por toda la ciudad hará Petro si es alcalde

El candidato a la Alcaldía de Bogotá afirma que lo hará sin destruir vías.
Foto: El Tiempo
Domingo 05 de Junio del 2011

Petro dice que solo aislaría los carriles necesarios. 'El brazo político del cartel de la contratación fue el partido de la U', dice.

Cambiar el rumbo de Bogotá. Esa es la propuesta fundamental del ex candidato presidencial Gustavo Petro, quien acaba de lanzarse como candidato a la Alcaldía de la capital. Economista del externado, Petro se lanza por un nuevo movimiento, Progresistas, ante su retiro del Polo Democrático.
¿Usted sí cree que tiene opción de ser elegido alcalde de Bogotá?
Si no lo creyera, no me habría lanzado. Un político entra a una campaña a ganar, sabiendo del riesgo; que nada está escrito, que todo cambia.
¿Qué debe esperar Bogotá de usted?
Un cambio de rumbo inmediato. Una Bogotá humana, ya. Hoy el rumbo es la depredación, la segregación. Al extenderse, la ciudad se vuelve más costosa y al hacerla así segrega, arrincona y margina a los pobres y permite que la ciudad gravite alrededor de los que más tienen. Acaba el agua y la tierra.
¿Propone "cambiar el rumbo" para buscar qué?
Para incluir a las gentes excluidas. Bogotá tendrá futuro por esta vía, no por el camino de la segregación. Llegó un alcalde a decir que era bueno exportar los pobres al otro lado del río, donde no hay capacidad de subsidios, y mantener a los más pudientes dentro de la ciudad para que le paguen impuestos a Bogotá. Ese modelo no se puede sostener, es el que yo llamo depredador. Hay que ponerle corazón a la ciudad. Cambiar la presión en las fronteras y volver al centro. Un centro ampliado que va hasta la 68 con el occidente, a Muzú, a Chapinero. Ese espacio de miles de hectáreas generalmente de barrios de dos casas y un centro alicaído se puede convertir en un gran escenario de oportunidades para la gente, para la economía, para la cultura, para la construcción, para la inclusión diversa de los bogotanos
¿Qué es lo que usted llama segregación?
Poner a un lado a los que tienen, y a otro lado a los que no tienen.
¿Si usted gana, no gana el Polo?
La dirección del Polo no quiere que gane, porque represento una visión diferente a la que tienen de la política y la sociedad. La del Polo es una visión sectaria que no le permitió ver la corrupción porque quien la denunció tenía una visión democrática, pluralista.
¿No la vio o no quiso verla?
Los protagonistas de la corrupción la veían y la ocultaban. Cuando yo la denuncié los sectarios hicieron causa común con los corruptos.
¿Sabe usted que una investigación sobre el tema de contrataciones, hecha por un grupo de fiscales, y que tiene la Fiscal General en su escritorio, plantea la detención del alcalde Samuel Moreno y de otras tres personas?
A mí no me gusta la cárcel para nadie. La cárcel es un desastre humano en todo sentido. Si todo el escándalo de las contrataciones termina en órdenes de cárcel, ahí cesa mi intervención y lo que sigue es un ser humano caído en desgracia. Samuel es un ser humano con su familia sufriendo, pagará seguramente por sus actos, o su ausencia de actos, pero ese es un tema que ya no pertenece a mi discusión política. Le mostré a la sociedad colombiana la arquitectura minuciosa del cartel de la contratación y cómo se construyó con los dineros de los bogotanos un enorme proceso de enriquecimiento ilícito.
¿El Polo fue responsable de ese cartel de contrataciones?
No, el brazo político del cartel de la contratación es el Partido de 'la U' bogotano, el del Concejo de Bogotá. Los Nule entraron en la administración de Mockus; crecieron en la administración de Peñalosa, pero hasta ahí eran solo empresarios costeños. Los Nule se disparan con Uribe. Es él quien les da poder y contratos. Entre otras cosas, con funcionarios que salieron de la alcaldía de Peñalosa. Y terminan en Bogotá aplicando tecnologías de sobornos. Una ruptura fundamental con ese estado de cosas es un alcalde que garantice que nadie va a cobrar comisión. Eso permitiría que numerosas empresas nuevas, de muchachos ingenieros,puedan florecer, y las de mayor experiencia y calidad se puedan robustecer; que las mafias no penetren en el mercado de contratación para lavar dólares, que es una realidad nueva, el lavado de dólares del narcotráfico
¿Qué tiene que ver el gobierno Uribe con el escándalo de los Nule?
Los llenó de contratos, los enriqueció. Cuando hice la investigación, sabía que había un nexo nacional, pero lo descubrió la investigación judicial. Las visitas de los Nule a Palacio, para hablar con Edmundo del Castillo y Alicia Arango, ex funcionarios de Peñalosa -y no quiero decir que Peñalosa esté metido en eso-, muestran la conexión con el gobierno Uribe.
¿Podría ocurrir que el escándalo de los Nule haya ahuyentado los sobornos de la contratación en Bogotá?
Depende del alcalde. Si tiene el talante de no robar o no permitir robar, desata una cadena de pulcritud hasta el último portero, se produce una cultura de cuidado del recurso público. Si el alcalde permite, o roba él mismo, entonces se produce otra cadena hasta el último portero: la del robo. Por eso la relación del alcalde con el Concejo es clave; no transar con puestos, ni contratar con amigos de los políticos del Concejo.
¿Por qué movimiento se lanzará usted?
Progresistas. Cuando puse la palabra "ya" en "Bogotá humana", es porque todo mi equipo y yo abandonamos cualquier retórica y planteamos de manera inmediata cambios positivos para la ciudad, desde el punto de vista humano. Saramago dijo en alguno de sus discursos que el progreso, de ahí la palabra Progresistas, no es más que priorizar al ser humano de manera absoluta. Y yo quiero que en cualquiera de los enfoques de la administración: deportes, cultura, movilidad, seguridad o urbanismo, el objetivo prioritario sea el ser humano.
¿Por qué decidió relanzarse así a la política?
Nunca me he ido. A mí nadie me ha regalado nada en el desarrollo de mi vida política. Todo lo hemos hecho luchando. Y hablo en plural porque no soy yo solo, es mucha gente. Yo soy un luchador. La decisión de lanzarme a la Alcaldía de Bogotá obviamente tiene riesgos. ¿Cuántos no apostaron que no iba a sobrevivir luego de los debates del paramilitarismo? Hasta mi mamá creía que me iban a matar, y yo mismo en mi interior esperaba que en algún momento sonara el disparo. Y mire. Mientras tengamos principios y tengamos unos objetivos limpios, el camino nos abre opciones.
Una de las grandes polémicas de Bogotá: ¿TransMilenio o metro?
La propuesta de un metro no soluciona el problema, por ahora, del transporte masivo de los bogotanos. Más adelante, sí. Hablemos del TransMilenio ahora: su objetivo inicial era transportar masivamente gente cómoda en buses más rápidos para lograr que los dueños de los carros se subieran al bus y desbloquearan la ciudad. Pero alguien tomó la decisión de romper por completo las vías. No construir una parte de la vía para TransMilenio, sino romperla toda como pasó con la 26. Esa vía, que debía costar 40 millones de dólares, se volvió de 400 millones de dólares. A la idea original de Peñalosa, que la gente se moviera más cómodamente y construir solo las vías de TransMilenio, él mismo le metió la idea de renovación urbana y resultó que, al juntar ambos objetivos, no hizo ni lo uno ni lo otro.
¿Y cuál es el remedio si ese es su diagnóstico?
Volver al objetivo inicial. Hay que llevar los buses rojos por toda la ciudad.
¿TransMilenio por la 7a.?
Por la 7a., por la Caracas, por la décima, por la 26, por la 63, por la 68, por la 1o. de Mayo. Por la vía a Villavo, por el norte, por el sur, por el occidente.
¿Desbaratar la 7a.?
No. Solo construir el carril de TransMilenio de manera exclusiva. No romper todo. Es más barato y más rápido. ¿Usted se imagina lo que será Bogotá a la vuelta de 5 años, entrando 200.000 carros más cada año? ¡Si hoy estamos como estamos! Los TransMilenios son latas de sardinas, niñas acosadas, robo de celulares.
¿Podría hablarse de falta de seguridad en esos buses?
Ese es otro problema: la seguridad, tanto en los buses rojos como en la ciudad. El problema no solo es de corrupción policial. Lo que tenemos es mafias; es una pirámide criminal que comienza con la persona que roba, que vende droga y que asciende a la cúpula, que está ligada a funcionarios del Estado y a mercados ilegales. Voy a poner un ejemplo: ¿la cocaína a Bogotá por dónde entra? ¡Por carretera, en camiones! ¡Por Corabastos! Por el río Bogotá, en Bosa! ¡Por la zona franca! Y todo, con permisos . ¿Qué pasa con la Dian, que da los permisos? ¿Qué pasa con la Policía de carreteras? Todo ese aparataje está ligado a secciones del Estado que la mafia ha capturado, y ahí es donde aparece no solo la Policía, sino muchas otras secciones del Estado. La inseguridad está ligada a la corrupción. Y para contrarrestarla no se necesita más policía, sino otra policía. En términos de seguridad, de viabilidad, de corrupción, voy a recibir una ciudad enferma, colapsada. Por eso, hay que cambiar el rumbo.
¿Usted cree que el Polo tiene futuro?
El proyecto democrático tiene futuro. El Polo perdió el año en la medida en que no supo separarse de la corrupción cuando yo la denuncié. El Polo debe librarse del grupo que llevó al partido al desastre. Si lo logra, tiene una segunda oportunidad como todas las cosas en la vida. Si no hace eso, se acaba.
¿A qué grupo se refiere?
A toda la gente que se ligó a la familia Moreno Rojas.
'Galán, programáticamente, es parecido a mí'
¿Y su alianza con Mockus?
No me gusta el término alianza porque suena a componenda, a juntarnos solamente para unas elecciones. Así no es, eso sirve para la politiquería, como si fuera un pacto de distribución de puestos y presupuesto. Eso no sirve.
¿Cuál es entonces su idea?
Colombia, como decía Álvaro Gómez, necesita acuerdos sobre cosas fundamentales. No alrededor mío o de Mockus. Sobre objetivos: cero corrupción; libertad; humanidad, lucha contra la miseria. Inclusión. Él está en el Partido Verde, y a mí me parece que no se debe salir de ahí. Gentes que vienen de la izquierda o de la derecha o que no tienen nada que ver con eso, deben acordar cómo salimos de los problemas de Colombia. Uribe lo que propuso fue resolver los problemas a plomo y polarización. Ese no puede ser el camino de una nación sana.
¿Para dónde va Bogotá?
Depende, si la gente prefiere la Bogotá humana y ya, irá por el camino correcto. Si no, habrá más segregación social, depredación.
¿Si usted no fuera candidato, a quien apoyaría?
Galán, programáticamente, es muy parecido a mí. Le propusimos un acuerdo. No funcionó. Cuando eso ocurrió, Carlos Vicente de Roux hizo conmigo el informe de la corrupción en la contratación y decidió suspender su candidatura por el Polo, y apoyar mi propuesta.
¿Y el sería cabeza de Concejo de su movimiento?
Muy probablemente.
Hay un sector que opina que su invitación a Mockus es una venganza suya contra Peñalosa, porque él lo vetó cuando quiso entrar al Partido Verde.
Esa tesis es de un enorme irrespeto con Mockus.
¿Y por qué no entra usted al Partido Verde?
¿Subirme a la tarima de Uribe con Peñalosa? ¿Esa es su pregunta? A estas alturas del paseo, ¿usted cómo hace esa pregunta?
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO