'¿Una asamblea constituyente para qué?', pregunta el cardenal Luis José Rueda

El arzobispo de Bogotá advierte que, si no hay claridad en la propuesta, se puede convertir en daño.

Foto: El Tiempo
Domingo 24 de Marzo del 2024

¿La frase "El poder para qué?", fue pronunciada por el expresidente Darío Echandía, el 9 de abril de 1948, luego del asesinato del jefe liberal, Jorge Eliecer Gaitán, cuando dirigentes de su partido, le pidieron asumir el poder en reemplazo del presidente de entonces, Mariano Ospina Pérez. Echandía se negó y pronunció en ese momento la que se transformó, con los días, en histórica frase: ¿El poder para qué?

Por la celebración cristiana de la Semana Santa, este cronista diálogo para EL TIEMPO, con el Cardenal Luis José Rueda. El alto prelado no menciona el episodio del expresidente Echandía, pero yo lo asimilo a la actual discusión nacional sobre la idea del presidente Gustavo Petro de convocar una asamblea nacional constituyente. "¿Asamblea constituyente para qué?", pregunta el Cardenal.

Mi diálogo con monseñor Rueda, comienza con la celebración religiosa.

- ¿Por qué razón solo evocamos la vida de Jesús en Semana Santa?

- La vida de Jesús siempre está cerca de nosotros durante todo el año, pero sin duda que la Semana Santa es el centro del año litúrgico y es la oportunidad para detenernos, reflexionar, orar, encontrarnos y fortalecer nuestras opciones espirituales a nivel personal y comunitario.

- Si Jesús proclama la pobreza y la vivió, una iglesia rica como la que existe hoy, ¿no contradice el mensaje de Jesús?

- Jesús es el auténtico modelo de pobreza. Los bienes de la Iglesia también están en su totalidad al servicio de su misión evangelizadora. Tenemos parroquias muy consolidadas y otras en construcción.

- ¿Por qué los colombianos no practican el mensaje de paz de Jesús? El país está sumergido en la violencia...

- La orientación del hombre hacia el bien solo se logra con el uso de la libertad. Dios corre el riesgo de respetar la libertad del ser humano. La ambición, el odio, y otros vicios como el orgullo nos llevan a la desesperación y al uso irresponsable de la libertad. Pero, aun así, Jesús sigue llamándonos a todos: "Ven y sígueme".

- ¿El pueblo colombiano mantiene la religiosidad de siempre?

- El ser humano tiene en lo más profundo de su corazón un anhelo de Dios, una búsqueda de sentido, una semilla de bondad, de verdad y de belleza, la humanidad como cada persona pasa por etapas de confusión y de noche oscura, pero siempre estará buscando los caminos del amor, de la vida y de la paz, esto lo halla en plenitud solo con Dios.

- ¿Cree Usted que los colombianos somos buenos cristianos?

- Prefiero no catalogar de buenos o malos, porque eso solo le corresponde a Dios, porque solo Él ve lo secreto de cada persona, nosotros solo vemos las apariencias.

- ¿Qué importancia tiene para la iglesia colombiana el nombramiento de Monseñor Luis Manuel Ali en el Vaticano, como Secretario de la Comisión Pontificia para la protección de Menores, conocido como lucha contra la pederastia?

- El Papa Francisco ha llamado a Monseñor Luis Manuel Alí Herrera para ser su colaborador cercano en la Santa Sede, esto es motivo de gran alegría para la Iglesia de Colombia. Esta Comisión Pontificia hace parte del Dicasterio para la Doctrina de la fe y desde allí, Monseñor Alí, tendrá la gran responsabilidad de desarrollar una misión de fortalecimiento de la cultura del cuidado en la Iglesia de los cinco continentes. Trabajará en la atención a las víctimas y en la prevención de toda clase de abusos. Desde allí seguirá ayudándonos a avanzar en el tema de iglesias seguras y protectoras, para lograr el mayor cuidado posible de todas las personas, de manera especial de niños, jóvenes y personas vulnerables.

- ¿Cómo cree usted que va el país?

- Estamos viviendo momentos de búsquedas y transiciones sociales, políticas, económicas. Esto también está sucediendo en toda América Latina y en el mundo. 

- ¿Y son momentos buenos o inquietantes?

- Vivimos momentos de luces y sombras, no hay que olvidar los avances que ha dado la nación hasta ahora, pero también reconocer que hay retos y desafíos, algunos nuevos. La incertidumbre que nos rodea es un factor común en muchos países del mundo.

- El presidente de la república ha propuesto la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente...

- En una propuesta tan importante como esta, debemos tener claridades fundamentales: ¿para qué?, ¿cómo?, ¿quiénes?, ¿favorece la unidad de todos los colombianos?, ¿favorece un horizonte compartido de nación?

- ¿Usted diría entonces, que lo primero que se debe hacer en la eventual convocatoria de una Constituyente es precisarle al país para qué es?

- Sí, es necesario el conocimiento profundo de la propuesta y la participación de todos los sectores sociales.

- ¿La Constituyente no provocaría una mayor polarización ?

- Si nos lazamos por cualquier camino sin antes responder a las claridades fundamentales, se nos puede convertir en una acción con daño.

- ¿Qué es lo que Usted llama claridades fundamentales?

- Las claridades fundamentales tienen que ver con el objetivo último, la metodología contemplada en la Constitución del 91 para convocatorias de este género, la garantía de participación de todos, que todas las voces sean incluidas y sobre todo que conduzca a la unidad y la protección de la vida de todos.

- ¿Con tantos problemas que tiene Colombia, la convocatoria de una constituyente no supone una desviación en la búsqueda de solución a tantos conflictos?

- Cuando un país como Colombia depende de las propuestas del presidente de turno, sin valorar el camino recorrido para hacer los ajustes y consolidar los logros, perdemos la capacidad mirar a largo plazo, llegamos a actitudes y decisiones coyunturales que ni atienden a las problemáticas actuales de sus ciudadanos, ni logra proponer un horizonte compartido de país.

- No está Usted, al parecer, estar de acuerdo con la convocatoria de una Constituyente...

- Es necesario discernir cuáles son los mejores caminos que nos lleven a la reconciliación y al desarrollo humano de todos los habitantes de Colombia.

- ¿Usted cree que es posible la paz total?

- La paz no es un camino fácil de recorrer por factores internos a la persona y por factores sociales. Pero estoy convencido de que los colombianos podemos llegar a un alto nivel de paz si todos nos comprometemos en nuestros ambientes, comenzando por el uso adecuado de nuestra palabra, en el respeto de la vida y de los derechos fundamentales de los demás ciudadanos. La paz requiere, además, unos soportes como la ética, la familia, la educación y la economía entre otros.

- ¿Debe incluir la paz total al narcotráfico?

- Las economías ilegales son generadoras de diversas formas de violencia, por esta razón la artesanía y la arquitectura de la paz debe abordarlas, con instrumentos de ciencias sociales que permitan distinguir las razones que les dan origen, los métodos de afectación de la población y las mejores salidas. Todo desde un marco jurídico bien definido.

- ¿Cuál es su opinión sobre las propuestas que circulan sobre regulación del consumo de drogas?

- El consumo de drogas siempre presentará aristas muy complejas. No podemos apresurarnos a dar una respuesta superficial. Una sociedad que quiera dar pasos en este sentido, primero debe ser consciente de los grandes riesgos, de los efectos nocivos y de los altos costos que esto conlleva para los ciudadanos.

- ¿Es Usted partidario de que los consumidores de drogas sean tratados como enfermos y no como delincuentes?

- Sí. Creo que es mejor tratar al consumidor como enfermo, este enfoque permite encontrar en la persona consumidora de drogas un camino de salud integral desde dentro, desde su propia consciencia, desde su historia, desde su dignidad más íntima. Verlos como delincuentes nos induce a la equivocación en la manera de acompañarlos porque parte de un juicio y de una condena.

- Un informe revelado por el Ministro del Interior revela que el 34% de los colombianos se toma la justicia por mano propia. ¿Qué opina sobre esa actitud?

- Esto es muy grave. Y este fenómeno puede tener varias lecturas. Quien toma la justicia por mano propia cree que a la violencia se responde con violencia, o duda de la eficiente protección del Estado, o también puede significar que estamos ante unos signos de deterioro en la salud mental de los ciudadanos.

- En un país como el nuestro, sin justicia rápida, ¿qué se puede hacer entonces?

- Los organismos vivientes y racionales tienen la siempre posibilidad de reconstruirse, reformarse y elevar sus niveles de calidad para hacerlos más confiables, mejor orientados en la práctica y más ágiles en el servicio.

- ¿Está funcionando en este momento una comisión que estudia las reformas que se deben introducir a la justicia en Colombia... qué reformas sugiere usted?

- Prefiero responder como pastor y no como sociólogo. Una reforma permanente y necesaria tiene que ver con cada uno de nosotros, personas que vivimos y trabajamos en nuestra amada Colombia, se trata de la renovación de nuestra conciencia, con nueva capacidad de discernimiento, de fraternidad, de diálogo responsable y de amistad social. Esta reforma hará posible un eslabón siguiente que es la familia, y llevará a renovar y consolidar la célula primordial de la sociedad que es cada familia como lugar de dignificación humana.

- ¿Qué es lo que Usted llama diálogo responsable?

- El diálogo responsable se caracteriza por la capacidad de escucha, con el fin de respetar el punto de vista del otro, es un diálogo servidor del bien común, es un estilo de diálogo que no busca imponer una forma de pensar, sino más bien, es un diálogo que se orienta a la búsqueda conjunta de la verdad.

- A propósito de la Semana Santa, según las escrituras, Jesús murió y resucitó al tercer día... muchos autores se preguntan, dónde estuvo y qué hizo Jesús en esos tres días...

- El cuerpo de Jesús fue sepultado, como se sepultaban todos los cuerpos humanos de esa época: fue puesto en un sepulcro nuevo donado, según las Escrituras, por José de Arimatea. Su espíritu fue entregado en las manos del Padre, según las Escrituras, al momento de su muerte. Su misión fue asumida por los Apóstoles y por mujeres y hombres que eran sus discípulos. Después de la resurrección del Señor, los Apóstoles con un Espíritu Santo que les otorgó valentía y sabiduría comenzaron a predicar la Buena Nueva del Reino de Dios. Y Jesús les prometió: "Yo estaré con ustedes, todos los días, hasta el fin del mundo".