'Para mí Leonel debe seguir, pero no soy el que manda': Maturana

El ex técnico no es partidario de una ruptura y pide que la Federación asuma su responsabilidad.
Foto: El Tiempo
Domingo 20 de Noviembre del 2011

 


Francisco Maturana tiene una larga trayectoria y un gran prestigio y credibilidad dentro y fuera del país, como hombre, analista y filósofo del fútbol. Esta es la primera entrevista que concede después de su retiro como director técnico y de desarrollo de la Federación Colombiana de Fútbol.

¿Qué opina de la Selección actual?

Quiero hacer primero la siguiente aclaración: esta entrevista la doy porque es grato conversar con usted, no porque esté buscando puesto o quiera molestar. Lo hago por la habilitación que me da la consideración internacional que tengo. Creo que debo hablar de fútbol por mi experiencia, por el reconocimiento y el respeto que tengo. Lo hago con la mayor transparencia, como hombre de fútbol, no como ex empleado de la Federación ni con propósitos mezquinos de estrangular sentimientos. Que quede claridad en eso para evitar malos entendidos. Como dice un ex presidente, ¿cuál es la siguiente pregunta?

¿Que le pasó a la Selección Colombia con Venezuela y con Argentina?

Con Venezuela hubo momentos de confusión. De pronto pudimos lograr más, pero nos encontramos con un rival que aprovechó momentos de obnubilación de Colombia, en el segundo tiempo, donde físicamente el equipo no respondió. En cuanto a Argentina, su selección tuvo una mejor estructura para manejar el partido. El cambio que hizo el técnico en el segundo tiempo, al ingresar a Agüero, fue determinante y ganó con autoridad.

Frente a Argentina, Colombia parecía no tener un patrón de juego...

Lo mágico del fútbol es que no hay verdades absolutas. Hay posiciones que nacen de la observación de cada persona. En el primer tiempo, sin ser un partido espectacular, Colombia fue más.
En el segundo, el cambio de Alejandro Sabella fue determinante porque liberó a Lionel Messi y este encuentra receptores. A eso, agréguele que Colombia en el segundo tiempo bajó. Y bajó por su estructura.

¿Cómo así?

Colombia apareció superenamorada del arco rival, del vértigo, y en el fútbol hay que enamorarse es del balón y más en Barranquilla. Argentina se enamoró del balón, lo acarició, lo consintió. Colombia, que había corrido mucho más en el primer tiempo, pagó tributo a ese desgaste en el segundo. Cuando los jugadores de Argentina se encuentran, hacen lo que hicieron. En el primer tiempo no pudieron, pero en el segundo se liberaron y Colombia no tuvo respuesta.

Dice usted que el ingreso de Agüero para acompañar a Messi cambió el partido para bien de Argentina. ¿Los cambios de Leonel fueron mal hechos?

Los técnicos estamos supeditados a eso. Uno hace un cambio con el conocimiento que tiene de los jugadores. Si el resultado es bueno, te sacan en hombros; si no lo es, te apalean y no hay argumentos para defender el cambio. Uno debe tener presente ese tipo de circunstancias y asumir. Es la condena a la que estamos sometidos...

En su opinión, ¿Colombia jugó mal?

Colombia jugó a ganar y lo intentó en el primer tiempo. De pronto, por el nerviosismo normal, por las falencias, porque no somos un equipo de superestrellas, porque somos un equipo en construcción, las cosas no salieron bien. Este no es el equipo que venía con 18 meses de trabajo; son los jugadores, sí, pero la idea es distinta. Es es un equipo que apuesta al vértigo, a llegar rápido al arco contrario, y eso tiene un precio en lo físico. Al final el equipo que más se cansa es el que no tiene el balón. Y el balón lo tuvo Argentina.

Para usted, ¿cuál fue el plan de Argentina?

Tener el balón. Y tuvo paciencia. Argentina sabía que no venía en un buen momento a Colombia y sabía que aquí podía perder. Por eso se hizo fuerte con el balón. El plan de Argentina era tener el balón y, en el momento justo, anotar. El plan de Colombia fue correr. Ese error lo cobró un equipo inteligente como Argentina.

Usted dijo, antes del partido, que a Leonel Álvarez como técnico le faltaba experiencia. ¿Pudo ser eso factor determinante de la derrota?

Esa pregunta me da pie para liberarme de una serie de malos entendidos. Esa declaración no la hice en Colombia, la hice en Argentina para el Mundo del Fútbol. No llamé a ningún periodista; me llamaron a mí y yo dije que esta es una eliminatoria donde hay técnicos con muy poca experiencia. Sabella, por ejemplo, es un técnico que no tiene experiencia a nivel de selecciones. Fue campeón con Estudiantes, de la Copa Libertadores. Es más, cuando terminó el partido en Barranquilla, dijo que el pelo se le estaba cayendo con la selección. Borghi, el técnico de Chile, no tenía experiencia a nivel de selección, y después del partido con Paraguay dijo que lo que sufrió en esos ocho días no lo había sufrido nunca en su carrera. Eso me está dando la razón en el sentido de que la experiencia, que es muy importante y no la tienen ellos, la van a ir adquiriendo. El mismo 'Chiqui' Arce, técnico del Paraguay, no tiene experiencia. Eso no es un pecado, nadie nace con experiencia. Yo no puedo decir mentiras para que todos sean felices. No le puedo decir al mundo que tenemos un técnico con experiencia, cuando solo ha dirigido cinco partidos de selección.
Pero no lo estoy descalificando, ni le estoy echando la culpa. Se perdió por muchas razones; no solo porque Leonel no tenga experiencia. Se perdió porque físicamente no estuvimos, porque no concretamos cuando hemos debido hacerlo, porque apareció Messi. No es tan simple decir que el padre de un resultado es solo el entrenador.

Pero hay técnicos ganadores y técnicos perdedores...

El fútbol no es tan simple. En este momento, por ejemplo, toda la gente del fútbol habla de Mourinho. Pero cuando Mourinho no tenía experiencia, dirigió el Leiria y quedó de 17 y no quemaron las naves. César Farías, el técnico de Venezuela, tiene 50 partidos de selección y no le iba bien. Venezuela tuvo la valentía de sostenerlo y ahora está recibiendo la dulce filosofía de la victoria. Eso de la falta de experiencia no es un factor determinante. Se ganó en Bolivia porque Colombia se paró bien. En el fútbol no se puede dejar toda la responsabilidad en el entrenador. Influye sí, pero hay muchas cosas: el plan de juego, la estrategia, el entorno, la previa, la elección de los jugadores y de la táctica.

¿Pero Colombia sí tuvo plan de juego?

Colombia salió con un claro 4-2-3-1 a agredir a Argentina. Leonel lleva cuatro partidos intentando proyectar su idea. 'Bolillo' Gómez había gastado 15 meses organizando un patrón de juego. Llegó Leonel e impuso su filosofía de pensar más en el arco que en el balón. Cuando se piensa en el balón, se piensa en el paso atrás, en la pausa, en tocar; pero cuando Colombia agarraba el balón, todo el mundo disparaba para arriba, pateaban de 30 y 40 metros. Uno veía que la obsesión era esa. Argentina también tenía obsesión de gol, pero apostó a ir despacio y a esperar el momento justo.

¿Por qué a Leonel Álvarez le resulta tan difícil tomar decisiones?

En la medida en que pase tiempo va a ser más decidido en los caminos que debe recorrer. Es muy distinto dirigir un club, donde uno conoce las condiciones de cada jugador. Una cosa es el Medellín, que conoces todos los días en entrenamiento y donde sabes cuál es el comportamiento de los jugadores, y otra la selección. Son jugadores sobre los cuales el técnico no tiene suficiente conocimiento de cómo reaccionan ante las situaciones de juego.

¿Cree que Colombia va a clasificar?

Ha mostrado cosas que invitan a pensar que sí. Hay momentos en que, al contrario, surgen dudas. Pero hay algo que no se puede desconocer y es el escenario de la competición. En muchas eliminatorias hubo equipos que perdieron 4 y 5 partidos y clasificaron. En la actual eliminatoria, Chile perdió 2 y había un caos total. Ganó uno, y ahora es segundo y están de fiesta.
Estamos a 3 puntos del primero, que es Uruguay, y a 3 de Argentina. Si perdemos la serenidad, a tirar piedra para la casa, probablemente tendremos problemas. La clave es el entorno. Si es de confianza, es posible que se logren los objetivos. No podemos negar que tenemos falencias, pero hay que conversar. Uno como técnico tiene que estar todos los días consultando. Cuando mi idea no sirve, agarro la de los demás. Uno no puede tener la terquedad de decir: "Me muero con la mía". Yo era así. Después de viejo aprendí que cuando la mía no alcanza, hay que buscar la del compañero y eso hace que sea más fuerte.

Parece decir que se debe corregir a Leonel, pero mantenerlo con el equipo...

No tengo la potestad de dictar conductas, pero tengo bien clara la experiencia que han vivido algunos países, que he vivido yo mismo.
En las eliminatorias siempre en cada país hay un lío. Quienes terminan victoriosos son los que superan los líos. Es un tema de madurez en todos los estamentos de la Federación.

¿Qué quiere decir madurez?

No echarle la culpa a nadie, asumir y echársela uno mismo. ¿Me entiende? Es ver que algo anda mal y buscarle las soluciones. No todo el partido de Colombia fue malo. Hubo momentos malos y hay que buscar soluciones ya.

¿Cree que Leonel Álvarez debe seguir al frente de la Selección?

Nunca he sido partidario de las rupturas, dejan casi siempre saldos trágicos. Si le das un coche al mejor piloto que tienes en ese momento, puede que se estrelle; si eso ocurre, se manda arreglar el carro. Pero sacar al técnico es pérdida total. Perdimos el coche y el conductor.

Entonces, ¿ni cambiar técnico ni jugadores?

Ya hemos vivido esa historia. Pasa siempre lo mismo: terminamos descabezando a los técnicos y cuestionando a los jugadores.

¿Y cómo lograr que eso no ocurra?

Tenemos que formar a nuestros entrenadores. Esto no lo estoy inventando yo. Llevo cinco visitas a la federación uruguaya, y Uruguay hoy es cuarto en el mundo, campeón de América, y sigue pidiendo orientación. Uno va allá y ve la estructura, ve un grupo de personas que son amigos entre sí, que ninguno quiere quitarle el puesto al otro, cada uno aporta para que la selección salga bien, tienen un técnico en el que creen. En Colombia el futuro viene ya. Que nos agarre confesados, con escuela de entrenadores. Que la Federación haga sus propios entrenadores. Esa capacitación nos llevará a tener mejores técnicos y mejores jugadores.

¿Cómo definiría la decepción de la gente frente a Leonel Álvarez?

Es la repetición de la repetidera. Siempre los proyectos de Colombia empiezan con una ilusión fantástica; sacamos la bandera y después terminamos con que el técnico no sirve y lo destruimos. Los técnicos no quieren volver a salir de la casa y no pueden salir a la radio porque se vienen todas las descalificaciones. Eso es lo que ha pasado. ¡Que no nos pase más! La única solución es tener una escuela de entrenadores que sea avalada por la Federación y que ahí se formen los técnicos.

¿No cree que para llegar allá todos deben estar unidos? Hoy en la Federación, por ejemplo, hay quienes quieren retirar a Leonel y quienes lo apoyan...

Lo primero es que no debe haber divisiones. No quiere decir que todo siga igual. Lo pueden orientar, lo deben escuchar y analizar si tiene claro para dónde va. Y si no lo tiene claro, que lo ayuden a clarificar. No pueden dejar al entrenador solo. Todos son responsables y deben aportar a la solución con unión e inteligencia.

¿Cree que Leonel Álvarez sí tiene las condiciones para dirigir a Colombia?

No me cabe duda que tiene valentía, pero nadie es el dueño de la verdad.

¿A quién se puede adjudicar los malos resultados ante Venezuela y Argentina: al técnico o a los jugadores?

Cuando un entrenador firma un contrato, está asumiendo una responsabilidad y él es el responsable. Lo puso la Federación y también es responsable. No me vengan a decir que la Federación pone y no asume su responsabilidad; tiene que asumirla. Uno como técnico intenta hacer lo mejor y a veces no le sale. La gente quiere ganar y uno es sometido al escarnio público.

¿Cree que Leonel debería renunciar?

No sé que esté sintiendo Leonel, pero no podemos ser tan drásticos. No vamos a quemar la nave. Hubo un error y voy a ser claro en lo que voy a decir, respetuosamente: a mí me parece que a Leonel le faltó tacto, inteligencia, cuando recibió la Selección, teniendo a un mes tres partidos de eliminatoria. Cada entrenador es una idea y la última idea fue la del Hernán Darío Gómez. Su idea no nació de la noche a la mañana sino después de 18 meses de trabajo y en la Copa América se vio bien el gran momento de Colombia, su buen fútbol. No se puede ahora ser tan injustos de descalificar a Leonel, cuando apenas lleva dos meses para expresar su idea. Pero es ahí donde yo digo que le faltó tacto: él ha debido seguir con la idea de Hernán, que era la que estaba asimilada por la Selección y la que la gente estaba aceptando. Si Leonel quería cambiar la idea, tenía los siete meses que vienen para poder aplicarla, y no hacerlo después de uno o dos meses, cambiando tan bruscamente el esquema de juego. Él lo hizo avalado por la euforia, por la inexperiencia de su juventud. La gente joven es así. Los hijos de uno quieren hacer dos o tres carreras a la vez y piensan que todo es alcanzable. Al cambiar de la noche a la mañana el trabajo de Hernán, la cosa no iba a salir bien.

¿Cree que Leonel no ha debido cambiar jamás el estilo de juego?

Es complicado decirle a una persona qué tiene que hacer, máxime cuando uno no es el jefe. Veo el fútbol desde afuera y digo: lo más inteligente que debió hacer es dejar eso que estaba funcionando. Ya habría tiempo para cambiar después. Pero quiso poner un 4-2 y ese 4-2 le costó.

¿Por qué falló esa estrategia?

Porque el 4-2 no es solo poner dos tipos. No es una figura geométrica, no es solamente la distribución. Es una estructura que debe producir que tus centrales luzcan más, que tus laterales vayan sin problema al ataque. Son cosas que obedecen a un plan de juego donde cada jugador tiene información sobre qué debe hacer. Y eso no fue, precisamente, lo que ocurrió.

Si me preguntan qué dijo Francisco Maturana y yo contesto: "Que Leonel se equivocó, pero debe continuar", ¿lo interpreto bien?

Cuando uno no gana, es porque se equivocó. Pero si usted titula: "Maturana dice que Leonel se equivocó", mañana me queman la casa. La gente lee los títulos. Leonel no tuvo tiempo de estructurar su idea. No creo que Leonel se haya equivocado, hizo lo que él creía. Yo creía que debía ser otra cosa, fulanito creía que debía hacer otra; todo el mundo creía que debía hacer otra y, como no ganó, todos están habilitados para decir que se equivocó, porque hizo lo que quería y no le salió.

Pero no me ha respondido claramente si Leonel, en su opinión, debe seguir...

Para mí, sí. Soy técnico todavía y soy enemigo de la ruptura. Para mí debe seguir, pero no soy el que manda. Debe seguir, pero él mismo debe hacer su examen de conciencia, ver en qué fallo. Los técnicos crecemos cuando nos vamos a la casa a llorar un rato y después ver por qué nos salió la cosa mal.

¿Quiere agregar algo más?

Echarme la bendición, Yamid. Ahora me mandaron un mensaje que decía: "Pacho, no vale la pena hablar porque vos hablás y la gente no entiende. Cualquier cosa que vos digás es una ventana que le abrís a todo el mundo". Pero no importa. De conversar con usted uno sale fortalecido, porque se desahoga.

'James tiene que ser uno más'

El tiempo lo pondrá como el número 1

¿Colombia debe seguir en Barranquilla?

Eso no es importante. El calor o la altura son mitos. La selección ganó en Barranquilla porque tenía un equipo que sabía jugar allá, que podía tocar y tocar. Lo importante allá es el calor humano, más que el climático.

¿Qué le parece James Rodríguez?

Cuando lo vi, como dice Amparo Grisales, "me ericé". Tuve la sensación de que ahí estaba el jugador diferente. Se lo comenté a Hernán (Darío Gómez), pero manejamos las cosas de manera prudente. James es una opción, pero no es el rey ni tiene licencia para ir para todos los lados. Hace el trabajo de obrero con lujo y hace que tu equipo tenga más claridad. No está para ser la primera guitarra, sino para acompañarse de los otros diez y hacer un gran un gran producto. El tiempo lo va a poner como el número 1, pero por ahora tiene que ser uno más. Eso pienso yo.